Las cabanas de teito son construcciones de piedra con cubierta vegetal situadas en las brañas, que eran poblados estivales para aprovechamiento de pastos de montaña. Se encuentran en Concejos de Somiedo y Teverga, ambos zonas protegidas en Asturias. Las cabanas o “teitos” están formados por cuadra en planta baja y pajar en el bajo cubierta. Se empleaban tanto para guardar las vacas y la hierba seca, y en ocasiones disponían de una habitación para el pastor. Representan una forma respetuosa y centenaria de aprovechamiento y gestión del territorio.
Los teitos son construcciones de gran singularidad, emplean la escoba, que es una retama (matorral silvestre) como cubrición para la cubierta. Los muros se realizaban en piedra seca sin argamasa y la estructura de madera de la cubierta sin uniones metálicas. El valor patrimonial no reside tan solo en la construcción en sí misma, hay que entenderla como parte de un paisaje etnográfico de extraordinario valor, reflejo de una cultura popular. Se trata de un microcosmos social y cultural mantenido intacto durante generaciones.
Estas construcciones están enmarcados dentro la cultura noreuropea de cubiertas de paja. En países como Gran Bretaña, Irlanda, Francia, Holanda o Dinamarca, se siguen construyendo viviendas con cubiertas vegetales que gozan de gran prestigio y existe un mercado con numerosos profesionales dedicados a su mantenimiento y rehabilitación
Como escribe Astur Paredes en el “Corpus de Arquitectura Tradicional Asturiana”, “En el campo concreto de la arquitectura, la situación periférica de las brañas, su limitado uso temporal y la específica funcionalidad de las construcciones propiciaron la conservación de tipologías tradicionales tanto en la morfología, como en los materiales y procesos constructivos. Se conservaron así en estos espacios formas y técnicas ya erradicadas en otras zonas e incluso en los propios pueblos de origen”.
El sistema productivo que genero este patrimonio cultural se mantuvo vivo en las brañas asturianas hasta finales s.XX y esto permitió que llegaran hasta nuestros días estas construcciones tan singulares que se diferencian de las del resto del continente, ya que conservan de manera muy genuina la esencia otra época.
El cambio de estructuras de producción que afectó a la zona rural asturiana, con las migraciones del ámbito rural al urbano y también con el cambio de paradigma cultural y económico, marcó el inicio del fin de este singular sistema de explotación ganadera, desarrollado durante siglos. La situación actual de las cabanas de teito es muy triste.
De los más de 300 teitos inventariados en los años 90, podemos atestiguar que tan solo unas decenas que han llegado hasta nuestros días en buen estado de conservación. La gran mayoría se han convertido en ruina, o van camino de serlo próximamente. Una de las señas de identidad del Patrimonio cultural asturiano desaparece en silencio.